¿Por qué y para qué sirve el YOGA PARA PAREJAS? ¿En qué consiste básicamente?
El yoga es una práctica que nos permite encontrar un momento y un espacio para descubrirnos como seres humanos trascendentes. En el caso de el yoga para parejas, la práctica personal se ajusta y modifica con el fin de establecer o restablecer el vínculo existente entre dos personas que se eligieron para compartir la vida y recorrer un camino común.
En un tiempo social en donde las relaciones son cada vez menos comprometidas y más superfluas, en donde el apostar por una pareja es algo cada vez más dificultoso, este método nos permite redescubrir y restaurar los vínculos sensoriales primeros que nos llevaron a elegirnos en algún momento como compañeros, como pares.
Esta práctica no sólo puede significar un apoyo para parejas en conflicto sino también para aquellas parejas que, abrumadas por la gran cantidad de responsabilidades laborales y familiares, necesitan un tiempo y un espacio para encontrarse, dejando de lado la vorágine de lo cotidiano. Allí, a través de ásanas o posturas corporales propias del yoga, la pareja va descubriendo sus fortalezas y debilidades, individuales y comunes, sin necesidad de manifestarlo verbalmente, hecho que en algunos casos podría desencadenar en conflicto. En este sentido cabe aclarar que el yoga para parejas no busca reemplazar la terapia psicológica sino que, por el contrario, es un complemento saludable que brinda más soportes y herramientas para el crecimiento.
¿Qué tipo de parejas se acercan a esta práctica?
Las parejas que se acercan a esta práctica son las que, llevando varios años de convivencia, se dan cuenta de la necesidad de renovar y/o restablecer el vínculo que los une y reencontrarse como personas más allá de sus roles socio-familiares. Las edades oscilan aproximadamente entre los 28 y los 55 años. En general se trata de parejas en las que ambos integrantes trabajan fuera del hogar, o bien uno de ellos trabaja fuera y el otro trabaja en el hogar en tareas múltiples.
¿Con qué problemas o intereses llegan a VIDA YOGA? ¿Llegan por decisión compartida?
En general uno de los problemas más comunes es la comunicación entre ellos, ya sea porque se ha tornado conflictiva o en algunos casos directamente se ha perdido.
Las mujeres, por un lado, llegan manifestando su necesidad de hablar; los hombres, en cambio, desconfiados, sin saber de qué se trata y temerosos de ser rotulados por su grupo de pares por el hecho de acceder a una práctica como ésta. Sin embargo, en el caso de éstos últimos, poco a poco van descubriendo algo diferente a lo que se imaginaban y, así la tensión termina cediendo el paso a la confianza.
Nosotros no nos posicionamos desde el conflicto. Nos ubicamos desde las fortalezas, desde la parte sana de esa relación y a partir de allí cada pareja comienza un trabajo profundo y personal en donde se van redescubriendo y se van conectando más allá de la mirada social, más allá de las apariencias que en general se intentan mostrar.
Lamentablemente existe el mito de que el yoga o la yoga (aunque no son lo mismo) es cosa de mujeres. En realidad hay que tener un alto grado de madurez, de claridad y de apertura mental para acercarse a estos espacios en donde se ahonda en el mar del descubrimiento personal, tratando de encontrar el sentido último de la vida, tanto individual como compartida con el otro.
¿Qué buscan encontrar en la YOGA? ¿Qué expectativas tienen? ¿Por qué recurren a esta terapia y no a otra?
La vida en pareja requiere de una gran maduración personal y de una domesticación y amansamiento del EGO para poder mirar al otro y aceptarlo sin pretender que sea como uno quisiera, sin esperar que el otro esté a nuestro lado para cumplir con aquellas expectativas o deseos personales que no nos atrevemos a cumplir.
En general las parejas llegan esperando cambios por parte del otro y no buscando el conflicto personal; luego se van dando cuenta de que el otro es quien es y que esperar que sea de ”otro modo” es una pérdida de energía. En definitiva cada uno elige con quién estar y los cambios se van dando de común acuerdo y como necesidad personal.
¿De qué manera se trabaja con las parejas? ¿En qué consisten las sesiones?
Se comienza trabajando sobre cada uno de ellos, intentando que cada uno logre establecer un vínculo personal desde lo físico, lo mental y lo emocional para luego, poco a poco, ir estableciendo contacto con el compañero. En este sentido el contacto que más cuesta, por extraño que parezca, es el visual, sin que medien las palabras. Mirarse parece ser el gran fantasma. Recordemos que los ojos son la ventana del alma y que a través de ellos, y sin interferencia de la palabra podemos asomarnos al mundo interior del otro.
Cada clase es una sorpresa, es un momento para alimentar el alma, dejando de lado la superficialidad a la que lamentablemente nos hemos ido acostumbrando.
¿En VIDA YOGA las clases son personalizadas por pareja o se realizan con grupos de parejas?
Las clases, en general, son en grupo pudiendo en casos particulares acordar sesiones exclusivas para la pareja. La riqueza del grupo es insustituible a nuestro modo de ver.
¿Qué representa para ustedes contribuir con esta causa? ¿Por qué decidieron inclinarse por estas clases para parejas?
Ambos apostamos por la pareja y por la familia y estamos plenamente convencidos de que el hogar siempre es el espacio en donde se puede crecer y ser uno mismo. Después de 18 años de casados, creemos que podemos dar testimonio de que se puede ser feliz y pleno compartiendo la vida con el otro.
¿Cuáles son los días y horarios para las clases de YOGA EN PAREJA?
Inicialmente el horario el día viernes de 18.30 a 20.30 hs. y próximamente vamos a abrir un nuevo grupo el día miércoles de 20 a 21.30 hs.
Nora Silvia Bruera
Profesora e Instructora de Yoga
Instituto Vida Yoga
Artículo publicado en la revista Expresión Norte
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